jueves, 29 de septiembre de 2011

CARTA ABIERTA AL RESENTIDO



“¡Ey tú! resentido, si, a ti, te estoy mirando. ¿Te duele verdad que los demás se superen? Te molesta verme espléndido y disfrutando pequeños ciertos triunfos más que merecidos. Pobre, sé que te amargas y sufres por mis fotos, mi ropa, mi forma de enfrentar la vida: DE FRENTE. Te molesta que además de verme medianamente bien me ponderen por mi talento y mi esfuerzo. El solo pensar que estoy por so ...bre la media te hace arrastrarte como culebra, mientras pobre infeliz, yo vuelo sobre tu cabeza. Tu egoísmo no te deja ver más allá de lo aparente, mis innumerables fotos que me saco o sacan, entre otras cosas, porque me da la gana. Porque sabes que detrás hay mucho más, pero tu imposibilidad de ver que con lo que hago humildemente muchos se benefician (escribir, dar clases, hacer muebles y recrear espacios) te auto marginas y terminas muy fuera de mi ámbito. En vez de tratar de ver cuáles son mis fortalezas y potenciales para desarrollarme como ser humano y profesional, te muestras mezquino para reconocer mi talento, esperando siempre verme caer, o reconocer como envejezco o me va para el carajo. Pero todo ese tiempo que pierdes en mal juzgarme hace que seas tú, pedazo de analfabeto, el que fracase, y envejezca a destiempo sin la mínima dignidad por querer ser mejor.
Me saco la mierda desde los 18 años y estoy ad portas de los 50. Así que espérate sentado si crees que vas a poder lograr triunfar, sobre mi fracaso.”
(Andrés Alsina)

domingo, 25 de septiembre de 2011

ESAS DIRECCIONES EMBLEMATICAS

La decoración es algo que podemos desarrollar con mejores o peores resultados no importa en qué espacios o lugares. En la montaña, en la playa, en un edificio anodino de cualquier ciudad del mundo, en una casa rodante en Arizona o en una carpa en medio de la sabana africana. No hay grandes condicionamientos externos para el gusto. Estudiando el tema de la luz, el paso del sol por los distintos ambientes para ver el tema del colorido a usar y los metros2 para ver si queremos optimizar vía nuestro preconcebido minimalismo o la “exageración como única realidad válida” (Diana Vreeland), poco más es lo que necesitamos para crear no importa donde,  aquel espacio que nos identifica y nos diferencia del vecino del frente o del lado.
Sin embargo, y reconociendo que son oportunidades que no se dan a diario, hay direcciones emblemáticas, un nombre, una calle o un número, que le confieren a nuestra vivienda, un valor agregado no menor. Y que por otro lado nos exigen, ya sea por el peso histórico o por los llamados “mitos urbanos”, una mayor preocupación a la hora de asentarnos dentro de la misma. A lo largo de mi vida puedo decir con propiedad que he tenido el privilegio de vivir en dos lugares que de solo nombrarlos, te generan casi el mismo status de tener un título nobiliario o un cargo político.
El 17 de la Place des Vosges parisina (antigua plaza Real de tiempos de Enrique IV, Luis XIII y Ana de Austria, es decir principios del 1600), fue mi dirección parisina por casi tres maravillosos años. En un techo del pabellón Bossuet, actual residencia de Jack Lang y Olivier Picasso, no más de 60 metros cuadrados y unas vistas infartantes sobre la Plaza de ladrillo y pizarra, mi reducto , más gabinete de curiosidades que otra cosa, él lugar que me hizo millonario sin tener un peso en el bolsillo. Más bien casi, lo suficiente para alquilar, comprar la baguette diaria y poco más. Gran laboratorio de ensayo de lo que hoy conocemos como “sello Alsina”, este departamento  me obligó a entender que es imposible avanzar en la decoración, sin mirar hacia atrás.
En otro registro absolutamente distinto, grandes espacios, profusión de dormitorios, baños y accesos, los 200 mt2 del edificio Kavanagh, mi nueva dirección en Buenos Aires, me obligará seguro, a desembolsar considerables sumas para dejarlo en el registro que vengo pensando. Terminado en 1936 y en continua controversia de que si fue construido por Corina Kavanagh como una venganza social hacia los Anchorena, tapándoles toda vista hacia la Basílica de los Sacramentos encargada por esta familia en 1916, sí es cierto que fue el rascacielos más alto de Sudamérica y el primer edificio construido por estas latitudes en hormigón armado. Pensado inteligentemente para que cada uno de los 100 departamentos tuviera su ascensor directo, con calefacción y aire acondicionado central, y declarado monumento histórico, vivir hoy mirando desde lo alto la Plaza San Martín con la Cancillería (ex Palacio Anchorena), y desde las habitaciones y baños las torres de Puerto Madero al fondo, un lujo asiático en la ciudad de los contrafrentes. Recién instalado, lo que consiga en términos decorativos,  está por verse en que registro de lujo logre aggiornarlo según mis necesidades actuales.

domingo, 11 de septiembre de 2011

WTC, A DIEZ AÑOS

El 11 de Septiembre 2001 me tocó en Santiago. Mi vieja me despertó para decirme que viera la tele, el boquete que había dejado "una avioneta accidentada contra una de las Torres". Uno quería creer eso, pero mi lógica inmediatamente me despabiló con el sonido de "a-ten-ta-do". Después las imágenes se sucedieron una tras otra, cual película de ciencia ficción. Y un mundo que se venía abajo en minutos con la imágen del exitoso neoliberal minimalista y despiadado, a tomar por el culo. Si no quedé de cama, da lo mismo, pues la sensación era la de que uno llevaba el peso de las dos torres sobre las espaldas. Un llamado de un amigo a celebrar su cumpleaños y mi primer contacto con el mundo exterior fuera "breaking news". Todo pintaba bien esa noche hasta que entran tres mujeres -nivel "cuico" y conocidas- en sus cuarenta, curiosamente vestidas con muchas patchminas y capas y capas de telas sobrepuestas. En lo que a todas vistas era el brindis del festejado, una levanta la copa y lanza un "Brindemos por nuestro nuevo líder, Osama Bin Laden". Entre petrificado e iracuando agarré a una azafata de American -imagínense!!- uruguaya y pedí un radio taxi, no sin antes gritarles "Por mucho menos que esto, ustedes estarían ya presas en cualquier parte del mundo".. Solo recuerdo que saliendo, Mario Azócar, llegando, me larga algo así como -"Alsina, siempre el primero en irse"-. Dejé a la azafata en su hotel, tras pedirle todo tipo de inútiles disculpas y me encerré en mi casa por varios días más. Una mañana, como a la semana de la tragedia, prendo la tele, canal abierto chileno, donde se mostraban las primeras espantosas imágenes de las personas lanzándose al vacío tras el impacto de los aviones. Horrorizado reparé que la música de fondo con que habían editado las secuencias era "Its raining men, aleluya", en una versión de Gery Halliwell. Si no tomé un avión ese mismo día, o fue por falta de plata o por el miedo a volar post 11/9.
Diez años más tarde, me resisto a avalar la hipótesis de que hayan sido los mismos gringos quienes volaron las Torres; no estoy preparado ni para creerlo ni menos asimilarlo. Bin Laden bien muerto que está, y vaya mi más sentido pesar a todas aquellos familiares y amigos que perdieron a un ser querido ese día nefasto.

sábado, 10 de septiembre de 2011

LUJO...¿EN QUE ESTAS?


Una vez al año Alsina se dedica a clasificar y calificar aquello que más le llama la atención en su contínuo patiperreo por el mundo. A menudo es una tienda de decoración, un sector en boga, un restaurante o simplemente una reflexión de esas que erizan los pelos de una parte de nuestra sociedad chilena. Porque está claro que para otra, sus fieles seguidores y lectores, su palabra es ley , y sus datos, no siempre al alcance, si  referenciales de lo que sucede más allá de los Andes.
REVISTA CASAS



Definición de lujo en la academia de la lengua española: 1.- Riqueza, suntuosidad (“vive en el lujo”)
2.- Abundancia de cosas no necesarias (“me lo explicó con todo lujo de detalles”) 3.- Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo (“es un lujo para mi”) 4.- Cosa muy buena o extraordinaria (“recibir a un invitado tan excepcional es un lujo para nosotros”)
Definición de lujo en el colectivo de cierto grupo adinerado chileno: 1.- Exceso de derroche y mal gusto en un país donde hay que ser austero porque somos un pueblo pobre. Hay que vivir con sobriedad, menos es mas.
Definición de lujo para el que les escribe , Andrés Alsina: 1.- Si tenemos los medios tenemos la obligación de chorrear al resto de la pirámide con los objetos y el arte de la mejor factura posible. Eso es cultura, ayuda y no estanca. Si la sociedad chilena abraza la austeridad historicamente, la pobreza extrema no debiera de existir hace al menos cincuenta años. Buen gusto si, austeridad mal entendida, no.
Y como afuera el lujo se distingue y diferencia por sobre el exceso de mal gusto, que también existe y mucho, optemos por rescatar tres lugares que tienen mucho que contar este año. En todo su esplendor y excelencia.
París, oh París. Nada mas cierto que lo que dijo el gran Victor Hugo, “Vivir en París es nacer dos veces”.
Ciudad del mejor urbanismo, monumentos espectaculares, escultura, paisajismo, rincones inolvidable, y lujo, mucho lujo.
La Place de la Concorde, construída por Luis XV dentro del marco del contínuo embellecimiento de la ciudad, dejó de ser centro político y del Terror con la llegada en 1836 de un monumento que no hizo referencia a suceso nacional ninguno. El virrey de Egipto Muhamad Ali regala el famoso obelisco de Luxor, y sus 222 toneladas de jeroglíficos dan por enterradas las estatuas reales y la filosa guillotina.
Varias ciudades de Francia están representadas por estatuas (Julliete Drouet la actriz-amante de Hugo posó  para la ciudad de Brest). Desde pequeño recuerdo haber asomado la narizota por las ventanas de los autos contemplando la magnificencia de los espacios, las monumentales fuentes con motivos marinos, las iluminaciones nocturnas y las farolas de bronce con motivos dorados. Sigo hoy ya casi en mis cincuenta sintiendo exactamente la misma movilización estética.
El duque de Crillon compró uno de los dos palacios de Gabriel , los que limitan al norte la Place de la Concorde, a Luis XVI antes de la revolución. De ahí el nombre de uno de los hoteles más fascinates del mundo, y cuyo nombre se ha copiado y requetecontra usado hasta en pensiones de medio pelo en lugares de pelo y medio.
El restaurante Les Ambassadeurs, medio escondido, pero igual ahí, debe ser el recinto gastronómico más fastuoso que conozco. Ubicado en la antigua sala de baile del palacio,los lustres compiten en importancia con los siete tipos de mármoles de Siena que conforman la arquitectura interior del lugar.
Al frente de la cocina se encuentra el chef Jean Francois Piege, un artista que moderniza la comida tradicional con gustos y presentaciones absolutamente arrebatadores. De exquisita ejecución, les recomiendo el atún azul a la Rossini, las morillas con avellanas y el frasier de postre, único en el mundo.
Sorteando a la “police” fuera de la embajada americana enfilamos derechito por la Avenue Matignon para llegar al que el año pasado fuera mi elegido mejor hotel del mundo: Le Bristol. Este año, con su tercera estrella Michelin ganada, conseguir mesa para deleitarse con los manjares de Eric Frechon puede resultar imposible. Pero el laureado mejor chef del año suelta la mano en el nuevo 114, faubourg, el bistró chic del recién abierto anexo de mi querido hotel. Con el mismo espíritu de siempre, madame Oekter, la propietaria, logró recrear en las nuevas suites de la residencia, un clasicismo francés puro, pero tan, tan alegre. Los toile de jouy rojos con blancos, los estampados florales bajo los preciosos espejos dorados y el mobiliario “ecrú” (crudo) le confieren a estos espacios todo el nuevo lujo parisino. Sin contar con la escalera y su cascada de leds que más parecen suaves gotas de agua detenidas entre piso y piso. La decó del bistró, juega mucho con el tema de las grandes flores, particularmente dalias sobre tonos naranjas, realzadas con una iluminación fuera de serie. Y en las mesas,dispersas alrededor de una escalera central de acero, platos que van desde el parisino steak au frites (acá la novedad son las salsas), pasando por vegetales al wok y salmón ahumado con waffles de papas. A cargo de esta nueva iniciativa, el jóven talento Eric Desbordes, que haciendo honor a su apellido ya desborda de trabajo tanto al almuerzo como en la noche. Los precios, 70 lucas por persona sin vino, pero ya se viene una fórmule midi (menú mediodía) para fidelizar el día a día del comensal post crisis.
Mas lujo, pero al alcance de un Air Canada Santiago-Buenos Aires-Santiago, que por 79 dolares te hace el up-grade a la First, una de las mejores clases ejecutivas que aterriazan en Santiago.
En pleno Retiro, calle Arroyo, chic reducto porteño, Le Sud es sin duda el mejor restaurante gastronómico de Buenos Aires. A cargo de Olivier Farchi, por estos días en Santiago en encuentros culinarios de mucho tra-la-lá, todo en este lugar remite al buen gusto y a la mejor cocina, in-between sabores meridionales franceses con los mejores productos y recetas gauchas.
La decoración a cargo de Yves Rochon, el del Keppler que fuera portada aniversario de nuestra revista, con muros revestidos en maderas enchapadas, sillas oscuras e impecables manteles Frette y vasos tallados en rojo, ¡toda una atmósfera!
Y mis favoritos, el tártaro de la mejor carnacha argentina preparado en la mesa, métale mostaza de Dijon, y la trucha sobre risotto, sencillamente increíble. Bravo por este gran chef natural de Auch, pequeña ciudad francesa que viviendo en Perpignan era paso casi obligado a la hora de ir a rezarle a mi adorada virgencita de Lourdes.

Las fotos de este artículo corresponden a trabajos y ambientaciones de Andrés Alsina (2010-2011)


viernes, 9 de septiembre de 2011

SO SOFITEL Y VIVE ALSINA!!



Una alianza estratégica pero lógica, un peculiar lanzamiento y un recorrido por lo nuevo en decoración y tendencias hacen que los amantes de Buenos Aires no se la piensen dos veces a la hora de agarrar un avión y aprovechar las delicias que ofrece esta ciudad transandina. Siempre vigente, tan europea, imposible no pedirle a Alsina que nos entregue al menos una bitácora anual sobre la misma. Porque sus datos han fidelizado a muchos lectores desde hace años, pero la rapidez con que aparecen nuevos lugares, obligan a nuestro columnista a estar siempre alerta. 
Cuando esta revista llegue a sus manos, mi libro “Andrés Alsina, Más Allá del Diseño” ya estará a la venta en las mejores librerías de Buenos Aires. Era de esperarse, mi conexión con esta ciudad es permanente; sin ir más lejos hay todo un capítulo en que hablo de la misma, sus fortalezas y defectillos. También y por una consecuencia lógica, el hotel que lanzó mi precioso libro no podía ser otro que el Sofitel Arroyo. Una relación anudada con el mismo de larga data (8 años al menos de pasar temporadas y años nuevos, fines de semana y visitas diarias fugaces) hablan de la fuerte conexión que tengo con este antiguo rascacielos que tanto ha aportado al sector Arroyo-Retiro (una suerte de “petit Recoleta” desde su apertura allá por el 2002). Porque si hay un hotel donde me han hecho sentir como en mi casa, ese es este. Y ya saben mis lectores que de hoteles se bastante. Desde la mucama hasta el bell boy , el “Bonjour Señor Alsina”  es algo cotidiano en mi vida, así como el nombre falso con el que me protegen mi intimidad cuando quiero que nadie sepa que estoy en él. Jugar al Richard Gere no puede ser más divertido, y no hay como hacerlo si el personal maravilloso de un establecimiento como este, no se pliega a mis caprichos de “star” (de taca taca, de cabotaje, lo que quieran…pero “star” al fin de cuentas)

Ya con “Andrés Alsina, Más Allá del Diseño” lanzado en un delicioso brunch en el Café Arroyo, y siendo la primera vez que este café se cierra y presta para un evento privado, decido compartir con ustedes un día completo en Palermo Soho, acompañado del grupo de chilenos que cariñosamente viajó para lo del libro. Hacía mucho que no me dejaba perder por estas calles, ya convertidas en un verdadero centro de tendencias, desplazando y cómo a las tradicionales Florida, Santa Fé o Arenales. La movida llegó para instalarse, y la diferencia a nivel creatividad es más que evidente.
Armenia, Costa Rica, Gurruchaga, Gorriti, Honduras, nombres de calles que me son familiares hace décadas. El registro era bien distinto en los ochentas, cuando estas calles eran sinónimos de algunas fábricas de ropa franquiciada donde uno venía a probarse antes de un desfile o alguna que otra radio emergente. Por lo demás, calles residenciales sin mayor brillo, con casonas y casitas ahí no más, en franca decadencia. Como decadente era un personaje que vivía por aquí y que fue el causante de uno de los episodios traumáticos de mi vida; un pasaje que visto en perspectiva produce risa más que otra cosa, pero que en su minuto pudo haberme acarreado consecuencias nefastas. No quiero ahondar en el tema, solo decirles que hay mucho de un capítulo de la novela que pretendo publicar el próximo año, inspirado de una relación peligrosa que empezó a gestarse dentro del perímetro de lo que hoy conocemos como Palermo Soho.
Salvo Barcelona, ciudad a la que no volví nunca, por el miedo a que los recuerdos de niñez logren estrellarme contra ella, los lugares en los que la pasé mal, han sido ingeniosamente revertidos, y ya no solo por mí, sino que por la mutación puntual o casual que los han transformado en sectores de registro totalmente distinto a cuando fueron mala onda para mi corazón, billetera o estado anímico. Es así como hoy día, este sector de Palermo se ha apoderado de gran parte del diseño y la movida porteña. Restaurantes escondidos detrás de paredes de graffitis y enanas puertas de acceso (Tegui), cayendo en amplios salones sofisticados por una clientela linda más que por la decoración misma. Templos de la nueva gastronomía exótica (TO), y de las esquinas más codiciadas del sector, compiten con los barsuchos de onda, francamente descartables, y las franquicias donde sí se nota que han metido plata (léase Nucha  siempre lleno o cualquier heladería tipo Pérsico o Volta). En materia gastronómica no voy a ahondar, cuidado donde se come en Buenos Aires, las intoxicaciones andan a la orden del día, pero si y como estas columnas lo exigen, en decoración vamos a explayarnos.  De un tiempo a esta parte todos hablan de Paul. Para mi Paul es sinónimo de boulangerie francesa ni buena ni mala y con sucursales fuera del país galo tanto en Londres como en  los Países Bajos. El Paul porteño es una tienda tipo brocante, almacén de cachureos chic, visita obligada de todos los matrimonios jóvenes en busca de ideas, turistas y amantes de la decó. Atravesando un pasaje donde antiguamente anduvo un tranvía, entre pizarrones, maceteros, un winter garden donde el Tealosophy de Inés Berton hace las delicias de los amantes del milenario brebaje, esta nueva tienda merece ser visitada. No es ni mejor ni peor que otras que en su momento arrasaron, léase La Corte, pero tiene un espíritu que hay que reconocer que te atrapa. El orden-desorden, el toca lo que quieras que no pasa nada, el mix entre galpón de antigüedades  y la mezcla muy Mandarino (siendo la tienda de las Tagle-Balbontín infinitamente superior), logran atrapar a un público que cada vez se siente más interesado por la decoración. El efecto no soy cara, pero soy a la vez prohibitivamente  cara, se logra con una oferta dispar. Porque efectivamente puedes salir con un ambientador a la verbena exquisito por el equivalente a ocho mil pesos chileno (grande y bien presentado), pero Ay! Auch! Uy! si se te ocurre darle vuelta a las etiquetas de las alfombras, lámparas de lágrimas o muebles. Dos, tres, cuatro, cinco millones chilenos como si nada. Si, Buenos Aires está ya hace rato orbitando a un nivel de precios que le ha hecho bajar en un 40% la entrada de turistas en lo que va de año ( y no solo por los efectos nefastos del Puyehue). Lo que pasa es que es una ciudad, a diferencia de Santiago, que siempre ha tenido un nicho que compra lo que sea no importando el precio. Es histórico, “tirar manteca al techo”, conocida frase equivalente a nuestro “tiremos las casa por la ventana” no es un dicho aislado. Cuentan que en los años 20 estaba el señor Anchorena (la triple A de las platas de la época eran estos con los Alvear y los Alzaga), muy apontigado en Maxim´s , y de aburrido le propuso a sus comensales jugar a tirar mantequilla al techo para darle a no sé qué plafonier o pintura. Al día siguiente el restaurante le mandó una factura de veinte mil dólares por daños al local (pensemos en un medio palo verde de los de hoy día). Igual convengamos que la masa que uno ve los fines de semana por estas calles, muestran más  caras de espanto frente a según qué precios, que las ganas de andar “tirando nada al techo”. Conscientes de que no todo en esta vida está para ser comprado, estoy seguro que les va a encantar el dato.

No muy lejos, tres cuadras, un pequeño nuevo hotel boutique, el Ultra, parece decorado por Andrés Alsina. Si hasta el restaurante es parecido al Jardín Secreto. Sofás rayados negro con blanco, sobredimensión en los objetos, juegos de luces, mucho cortinaje y pared oscura, no dejen de ir aunque sea a tomarse un café. El divertido lobby contrasta con algunas ventanas a la calle que muestran calzones y ropa secándose a los tibios rayos de sol de agosto. Muy Soho, la gente de este barrio es alternativa pero chic; nadie se espanta de nada, hay hombres tomados de la mano, peinados estrambóticos y  Catas Pulidos (lo que yo llamo una mezcla de belleza-inteligencia-irreverencia) a montones. Los diseñadores top Mariano Toledo y Benito Fernandez tienen sus headquarters en la Recoleta, pero se les ve muy conversa que te conversa en las veredas de sus sucursales de fin de semana en Gorriti y Honduras. El comercio cunetero es entretenido, sobre todo en la onda “muérete los aros choros” o “ que cool billetera para mi pololo”.  Una fauna entretenida que es de por si un espectáculo tan o más jugoso que las vitrinas mismas. Porque los argentinos siempre han sido de “avant garde”. Cuando se usa la mini, estas mujeres dejan prácticamente nada a la imaginación (micro micro mini); los chupines en los hombres, verdaderas patas o leggings, todo llevado al límite. Siempre han sido bien europeos para sus cosas y en esta concentración de calles puedes creerte en Londres o Amberes o Berlín. Así que piérdanse un día entero que seguro recordarán más de algún objeto, un peinado o una situación por mucho, mucho tiempo.

Ya de regreso en el Sofitel Arroyo, me reúno con mi amigo Roberto Devorik  a chusmear los pormenores de mi lanzamiento. Que si Malena de Alzaga quedó fascinada con el libro, que si Carlos Baute confesó haber tenido una tienda de decoración de más joven, que como hizo Roxana Punta Alvarez para estar espléndida si dos días antes figuraba en su cama espléndida con dosel a medio morir intoxicada.  Toya Oswald y sus sabrosas historias de cuando estaba casada con el lobito Urrejola, Bonny Bullrich triste por no haberle arrendado yo su depa en el piso….40! (muero de vértigo), Fini Travers de la DYD y los planes para el “chileno divino”.  Y yo con una oreja en la conversa y con mis pensamientos en donde los llevo el mes que viene. Pienso en Londres, en Toulouse, New York o Grecia. La concentración de muebles Biedermeier en el lobby de mi hotel preferido me da la clave de una ciudad que se me ha venido quedando en el tintero hace mucho…si, listo!!  Nos vemos en Viena!!

EL EDIFICIO KAVANAGH

El Edificio Kavanagh es una torre de departamentos situada en el n.º 1065 de la calle Florida, frente a la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro de la ciudad de Buenos Aires
Inaugurado el 3 de Enero de 1936, con sus 120 m. fue en su momento el edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica, y el primer edificio para viviendas de Buenos Aires que contó con equipo de aire acondicionado provisto por la firma estadounidense Carrier.

Las obras habían comenzado el 16 de abril de 1934, y la estructura llegó a su altura máxima muy rápidamente, el 3 de noviembre de ese mismo año. Su construcción escalonada dio lugar a terrazas jardín. Posee una forma similar a la proa de un barco, y por la orientación del edificio da lugar a la similitud de la misma apuntando hacia el Río de la Plata Desde 1999 este edificio es monumento histórico nacional.
Curiosamente el edificio no cuenta con cocheras ni portero eléctrico: cada visitante debe anunciarse en la recepción, que da aviso por teléfono al departamento correspondiente (en total posee 105).
A finales de 2008 el piso 14 del edificio Kavanagh, salió a la venta con un precio de US$ 5,9 millones por sus 726 metros cuadrados, o sea US$ 8.126 cada metro cuadrado. Es el único apartamento que ocupa un piso entero. Tiene vista en 360 grados, al Río de la Plata, plaza San Martín, Puerto Madero y el resto de la Ciudad. Su propietario es un noble británico. Se trata de Lord Alain Levenfiche, nacido en 1951 en París pero criado en Londres. HASTA AQUI, GRACIAS WIKIPEDIA!!

A mediados del 2011 Lord England Toffee Andrés Alsina decreta que de vivir en Buenos Aires, es en el Kavanagh o nada (ver video), Una mañana de Agosto, decide tocar en la potería del edificio para saber si se alquilaba algún departamento. Dos semanas después se instala en el mismo, con espléndidas vistas sobre la Plaza San Martín y Puerto Madero.
Se cuenta que existía una rivalidad entre Corina Kavanagh (quien lo hizo construir) y Mercedes Castellanos de Anchorena, propietaria del Palacio Anchorena (actualmente Palacio San Martín), situado también frente a la Plaza San Martín, y que Corina hizo levantar el edifício para obstruirle a Mercedes ver la Basílica del Santísimo Sacramento que esta había ayudado a construir. Sin embargo esta versión es falsa, pues Mercedes murió en 1920, 14 años antes de que se iniciara la obra.
También se cuenta que, en realidad, Corina había tenido un romance con uno de los jóvenes Anchorena que terminó en un matrimonio frustrado por falta de consentimiento de la familia, así habría decidido construir el rascacielos con la finalidad de ocultar la iglesia que era nada menos que el sepulcro de esa aristócratica familia.


LANZAMIENTO LIBRO EN BUENOS AIRES

Fecha: 2 de Septiembre 2011
Lugar: Café Arroyo  (Sofitel)
Motivo: Lanzamiento para prensa del libro ANDRES ALSINA, MAS ALLA DEL DISEÑO
Agradecimientos: Roberto Devorik, Dominique Isnard, Maggie Fitzgerald, Beatriz Peres, Hotel Sofitel Arroyo.




En las fotos: Andrés Alsina, Sam Blum, Renee Behar, Roberto Devorik, Miguel Martinez Galvez, Juan Carlos Salleras, Agustín Santanatoglia y Coco Nuñez Sotes .

LO BUENO: La convocataria. Roberto Devorik, Bony Bullrich, Mariana y Maleli Firpo, Manena de Alzaga, Roxana Punta Alvarez, Laura Arce, Chantal de Vries, Toya de Oswald, Verónica García Mansilla, Fini Travers de Braun, Renée Behar, Sam Blum, Pouppé Van Dorsen, Sol Dellepiane, Claudia Faena, Revistas DYD, Para Ti, Decó, Living, La Nación...
LO NO TAN BUENO: Que me fallaran amigos entrañables como Marcelo y Mónica Senra,Mauricio Passerini y en el registro interiorismo, Alejandro Uriburu y Roberto Bergero
LO LINDO: El brunch exquisito del hotel, mi encuentro con Carlos Baute el día anterior y la comitiva de chilenos que viajaron especialmente al vernissage
LO FEO: El moretón que tenía en la frente (aunque bien valió su momento) y la noticia terrible a media tarde de la desaparición del avión en Juan Fernandez
BONUS TRACK: El cocktail en el departamento increíble de Bony Bullrich en la tarde y la comida privada que Sam Blum dió en La Gárgola el día siguiente.
DRESSCODE: Blazer Vicomte A, camisa Brook Brothers, Corbata Purple de RL, Pañuelo Hermés, Pantalón La Martina, Zapatos Christian Dior y en los incognitos, mis RayBan.

I´M BACK!!!

CHICO DEL MES (SEPTIEMBRE 2011)
En SOLO 6 meses, escribí un libro de 300 páginas, lanzándolo con gran bombo en Santiago (Mayo) y Buenos Aires (Septiembre),he dado mas de 200 clases,me he mudado de casa en Santiago, me he medio instalado en Buenos Aires, he escrito 6 columnas para el Casas del Cosas,he hecho mas de 200 muebles,he ido a Europa a planificar un viaje temático. Y así y todo logro tener una activa vida personal. Por todo ello me he auto proclamado CHICO del mes de Septiembre!!!

Todo incréble, pero a veces hay que saber parar un poco. Retraerse y mirar para disfrutar aquello que hemos concretado. El cuerpo te lo pide. las ganas siempre van a estar, pero uno no solo puede quererse a través de lo que hemos logrado. También hay que quererse vía cuidarse, generar ciertas pausas (un día de cama si estamos resfriados, una tarde de cine en el momento menos indicado, y así otras instancias).
El columnista, profesor, decoracor..el CHICO DEL MES (jeje) ,necesita una pausa.
PERO VOLVI!!