Recuerdo cuando en 1987 el encargado de Dior Homme, Gustavo Marinaro, me mandara todas las poleras de la colección de ese año, y como gentilmente se las mandé todas de vuelta. Los desfiles en La Orangerie del Alvear bajo la supervisión de una Marcela Tinayre nerviosa ante la presencia de Beatriz de Orleans, embajadora por años del creador francés en el mundo. Antes de la llegada de Ralph Lauren, La Martina y Etiqueta Negra, Dior era "la" marca bienuda en Buenos Aires. En la flamante casa central de Quintana nos juntábamos Graciela Massanés, Andrea Frigerio e Yvo Cutzarida a buscar los samples o regalos con los que la marca se empinaba sin necesitar, con tal de que un grupete, a few, vistiéramos sus creaciones.
Es posible que vuelvan los franceses directamente con una linea más avanzada, pero dudo ya que las retenciones absurdas, si al menos ayudaran a la industria nacional, no podrían escapar al "decallage" que ya en su minuto hizo cerrar Armani y que otros soportan como pueden. Una pena; la boutique de Callao y Quintana pasa a manos del grupo Hechter, desconociendo la suerte de las otras ubicadas en los exclusivos shopping porteños.
Los chicos "Dior" en Fundaleu |
Video dedicado a mi incondicional Jimena Lazen